sábado, 8 de octubre de 2011

Los trabajadores se movilizan para exigir empleos decentes


La situación para los trabajadores jóvenes está empeorando. Los empleos ya no son una garantía para el sustento de las generaciones futuras. El trabajo precario se ha convertido en una realidad para un gran número de trabajadores y trabajadoras jóvenes, lo cual les impide vivir con dignidad. Nuevas formas de explotación son la realidad cotidiana de unos trabajadores jóvenes que en definitiva no se encuentran con más que trabajo a tiempo parcial, trabajo a domicilio, trabajo temporal, etc. Más de 150 millones de jóvenes en países en desarrollo están considerados como trabajadores pobres.
Desde que empezó la crisis económica y financiera, las cifras de desempleo mundial han aumentado en más de 20 millones de personas. “Más de 200 millones de personas por todo el mundo están desempleadas, según cifras oficiales, y cientos de millones más carecen de un empleo decente y seguro. Los derechos de las personas en el trabajo peligran más que nunca, y los Gobiernos carecen de la visión y del compromiso para reparar una economía mundial que está fallando a los trabajadores y trabajadoras”, expresó la Secretaria General de la CSI Sharan Burrow.
Los jóvenes fueron de los primeros en experimentar los efectos de la crisis. Suelen ser los primeros en ser despedidos por las empresas, puesto que son los trabajadores que menos antigüedad tienen. Según la Organización Internacional del Trabajo, más de 80 millones de jóvenes están en estos momentos sin empleo.
"Millones de jóvenes se encuentran ahora en el paro y muchos más están atrapados en empleos a corto plazo y mal pagados, o en la economía informal. Toda una generación de jóvenes se está quedando atrás, y las consecuencias que esto va a suponer para la sociedad serán graves. Los Gobiernos tienen que actuar con carácter de urgencia para poner en marcha la creación de empleo, manteniendo el estímulo económico donde haga falta, en vez de recortar el gasto público", dijo la Secretaria General de la CSI Sharan Burrow.
Las acciones que se llevarán a cabo en la Jornada Mundial por el Trabajo Decente este año van dirigidas a abordar el “trabajo precario” – la tendencia cada vez mayor hacia empleos informales, temporales e inseguros, a menudo con escasa protección legal. Los jóvenes y las mujeres trabajadores son los que más probabilidades tienen de verse afectados, y sus ingresos y potencial para ganar dinero sufren en consecuencia.
“El trabajo decente – derechos en el trabajo, políticas de creación de empleo, protección social y diálogo social en el que participen sindicatos y empleadores – es decisivo para la recuperación de la economía mundial y la generación de impuestos para que los Gobiernos aborden la situación fiscal.
“Los líderes del G20 van a reunirse pronto en Francia, de modo que esperamos que tomen las medidas necesarias y que abandonen las políticas fallidas que colocan los intereses creados de los bancos y las finanzas por encima de la vida y el sustento de las personas”, dijo Burrow, que hablará en una conferencia especial que se celebra hoy en Ámsterdam para marcar la Jornada Mundial.

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