miércoles, 16 de febrero de 2011

¡Nadie enseña a nadie... tod@s aprendemos con...‏


¡Nadie enseña a nadie... tod@s aprendemos con tod@s...!Desde el Foro Económico Mundial escuchamos que tienen miedo de que los ciudadanos salgamos de casa a pedir unas condiciones de vida digna. Son unos cachondos optimistas. Ojalá, porque los cabreados somos muchos y estamos coordinados.Por supuesto que estaremos en la manifestación contra la reforma de las pensiones, que nos obligará a cotizar 40 años para tener una pensión miserable y ridícula. Haz la cuenta, 40 años trabajando sin pasar en el paro ni un solo día después de terminar la carrera ¿te sale más de 67 años? Sin embargo será presentada como una reforma muy flexible. Flexible, supongo, en el sentido de poder elegir entre hambre o muerte. Y todo para salvar (de tapadillo) una vez más a los bancos, haciendo más atractivas las pensiones privadas. Deberíamos poner un fondo común para comprar el camión del tapicero y despertar a todo el país al grito de "ha llegado ZParo a la puerta de su domicilio para privatizar cajas, aeropuertos, pensiones, loterías… y todo al 25% de su precio normal".Nos cabreamos, pero a la vez nos resulta divertido el momento que nos ha tocado vivir. Qué contrastes. Nos encanta salir a la calle y ver que hay más personas que pasarán hambre el día de mañana por decisiones que se toman hoy, y no les interesan en absoluto, e incluso nos miran mal porque a nosotros sí nos preocupan. Es triste, sí, pero es divertido a la vez. Nos encanta que se reparta justicia, para bien o para mal. Lamentablemente, esto nos convertirá en el futuro en unos viejos carbrones que pensarán que el pobre es pobre porque se lo merece. Pues sí, lo merecerán, lo mereceremos todos si no respondemos. Estamos ante un saqueo organizado, no ante una crisis.Y el gobierno no va a cambiar el decreto porque está impuesto “desde arriba”, desde la UE y los mercados. No es realmente el “poder” aquí (ojo, no quiero entrar en una discrepancia semántica, obviamente es el poder oficial y quien hace los decretos, pero no es el poder “real”), y por lo tanto,¿Tiene algún sentido la lucha contra un poder que no es independiente y real? El gobierno Zapatero no es más que el mensajero, el servidor de fuerzas mayores que él, tiene poco sentido intentar presionarlo si es que realmente tienes objetivos concretos. Rechazamos el actual sistema de clases, por cuanto que entraña el sometimiento y la explotación, el predominio que divide y el privilegio de unas clases sobre otras, así como su sentido hereditario que busca el perpetuarse. Luchamos y lucharemos por la defensa de la persona, la dignidad y valor del trabajo, tanto manual como intelectual, del sector agrario como de la industria y los servicios...(Carta Fundacional)(...)Hoy por hoy, la sociedad no es capaz de sostener los mecanismos de lucha tradicionales de los sindicatos. Esta sociedad ha perdido completamente lo que algunos llamaban conciencia “de clase”, solidaridad entre trabajadores y trabajadoras o formas similares. Los trabajadores de “cuello blanco” han perdido en sentimiento de pertenencia a “la clase trabajadora”, los inmigrantes están agradecidos por estar en este país y su principal sentimiento es el miedo a perder el trabajo, los jóvenes precarios y mileuristas han pensado que los sindicatos son fuerzas que sólo defienden al trabajador manual afiliado y que a ellos los ignoran y no los defienden. Por supuesto ni hablamos de comerciantes y profesionales..., totalmente divididos en su psicología sociopolítica entre los que aceptan las medidas como positivas para ellos (gravísimo error, por cierto), y los que a pesar de no defender este punto de vista tienen también cierta desafección a los sindicatos.Además de este componente social queria reflejar aquí algo que le hemos oído decir a una periodista. Dijo algo así como que la sociedad actual había sustituido el sentimiento de lucha contra la injusticia por el de la envidia, y daba como ejemplo a uno de estos trabajadores privilegiados (pongamos un directivo de contrato blindado), que en vez de ser considerados unos privilegiados con un estatus que hay que cambiar, se les mira con envidia.(...)Creemos que esta idea es muy interesante. Un sentimiento de fondo parecido, y una situación de injusticia (de privilegiados por el sistema vs precarizados) dan como consecuencia pensamientos totalmente distintos: O bien un sentimiento “positivo” de mejora, progreso, igualitarismo; O bien un sentimiento “negativo” de envidia, de intentar hundir al otro porque no tienes lo que él, de inmovilismo social...


Grupo Autónomo Vitas&Navarro

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