miércoles, 2 de marzo de 2011

Precursoras de la Igualdad



En 1872, una chica catalana, Maria Elena Maseras, decide matricularse en la Universidad de Barcelona, no estaba prohibido que una mujer española estudiase en la universidad. Sencillamente, nadie se había planteado que una mujer diera un paso semejante. Fue un verdadero terremoto.
A finales del siglo XIX, ya comenzaba a debatirse la posibilidad de que las mujeres estudiasen. Sin embargo, la educación de las mujeres se consideraba no tanto como un derecho propio, sino como un derecho diferido – social . Sin embargo, resulta que las chicas no sólo quisieron estudiar medicina o farmacia o derecho; después quisieron ser médicas, regentar farmacias, abrir bufetes de abogados... Y fue entonces cuando la sociedad pensada por y para los hombres, reaccionó de manera furibunda.
Durante muchos años se tomaron decisiones que pretendían frenar el ingreso de las mujeres en la universidad. Hasta que en 1910, el Conde de Romanones firmó el decreto que permitió el acceso libre y en igualdad de condiciones que los hombres a la universidad. Fue, por cierto, un 8 de marzo.
Carmen de Burgos, Colombine en 1904 decidió emprender una nueva vida trabajando como periodista, cuando no había una sola mujer periodista en las redacciones de los periódicos españoles.
Catalina García, una mujer leonesa que, en 1925, se convirtió en la primera española que condujo un autobús en España, la primera que, años después, obtuvo una licencia para explotar una línea de transporte.
Y es digna de rescatar la historia de María de Lejárraga, paradigma de la mujer invisible, una mujer que durante lustros escribió las obras de teatro y los ensayos feministas que después firmaba su marido, Gregorio Martínez Sierra, que fue el que pasó a la historia como dramaturgo.
Lili Álvarez, nuestra primera olímpica, en 1924, la primera española que llegó a disputar finales en las pistas de Roland Garros y en Wimbledon.
En 1918 la primera "Asociación Nacional de Mujeres Españolas" (A.N.M.E), en la que se situaban Clara Campoamor y Victoria Kent como dos de sus dirigentes más representativas. Una asociación que tenía ya en sus manos el claro derecho al sufragio. Otra de las asociaciones importantes fue la llevada a cabo Carmen Burgos, "Cruzada de Mujeres Españolas"; quien protagonizó la primera manifestación callejera a favor del sufragio en madrid en 1921.
Clara Campoamor, tuvo que cambiar antes su propio mundo. Clara es el paradigma. A los trece años dejó los estudios para empezar a trabajar: modista, dependienta, auxiliar de telégrafos ... A los 32 años, se matricula en bachillerato, a los 34 de Derecho. Y termina, y se monta un bufete en Madrid y llega a ser una de las primeras diputadas de la segunda República. Y su presencia en aquel hemiciclo, frente a 470 hombres y una sola mujer defendiendo el voto femenino fue fundamental para que este saliera adelante.
Nuestras compañeras consiguieron el sufragio en 1933. El sufragio femenino no fue defendido por todo el mundo. Personas como la misma Victoria Kent del partido radical-socialista o Margarita Nelken, socialista, y ambas diputadas de las Cortes Constituyentes, argumentaban en contra del voto femenino, QUE LAS MUJERES AÚN NO ESTABAN PREPARADAS PARA ASUMIR EL SUFRAGIO. Proponían que éste se aplazase. Kent y Nelken defendían esta postura junto a otros miembros de los partidos de izquierda; temían que las mujeres, al tener en su disposición el derecho del voto, optasen por los partidos conservadores.
En 1947, trabajadoras de Cataluña y Vigo consiguieron un aumento de su salario a través de las huelgas. En Sevilla suspendieron el trabajo para asistir a una manifestadión contra el terror franquista. Las españolas intervinieron notablemente en la huelga general con boicoteo de los medios de transporte; sucedió en Barcelona en 1951, donde obreras y amas de casa pidieron "Pan, paz y libertad".

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