jueves, 21 de octubre de 2010

Nuevo Ministro de Trabajo


El nuevo ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, es miembro de la Unión General de Trabajadores (UGT) y del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), trabajó como economista en el Gabinete Técnico de la Comisión Ejecutiva Confederal de UGT. El 27 de mayo de 1994, el Consejo de Ministros le designó administrador único de la Promoción Social de Viviendas (PSV), para liquidar la cooperativa de viviendas PSV, el fracasado proyecto empresarial de UGT, en el que resultaron perjudicadas 20.000 familias.
Parece un movimiento extraño pues estamos hablando de un socialista que se manifestó en contra de la reforma del mercado de trabajo hace menos de un mes y ahora coge la cartera del ministerio encargado de dichas negociaciones.
Valeriano Gómez, Aseguró que no se siente "incómodo" defendiendo "globalmente" la reforma laboral, para cuyo desarrollo ha participado "plenamente" en la elaboración, diseño y discusión de la misma y aseguró que es una "reforma correcta", que "se inserta en la mejor tradición de la política laboral de los últimos treinta años: hacer más flexible el contrato estable y hacer más justificado y más digno el temporal". No obstante, ante el clima "antisindical" que se generó en los días previos a la huelga se sintió en la obligación de participar y se lo pedía "el corazón" y quería "reconocer" la labor de los sindicatos y su papel en la defensa de la protección social.
Esperamos del nuevo Ministro de Trabajo que, tras el fracaso del actual modelo de diálogo social, emprenda una nueva senda en la que se dé una mayor apertura y flexibilidad para afrontar este diálogo contando con más agentes sociales que los tradicionales.
La USO quiere recordar al nuevo Gobierno que las políticas de ajuste no pueden pivotar únicamente en la reducción del gasto, sino que debe abordarse la mejora de los ingresos, y eso pasa por incrementar el número de personas que tienen empleo. La mejor medida social que puede emprender este Ejecutivo es acabar con la actual situación de destrucción de empleo que se sigue produciendo. Para ello esperamos que el ahorro que suponga la reducción de Ministerios se plasme en una mejora de la inversión generadora de puestos de trabajo.

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