viernes, 20 de mayo de 2011

LOS FUNCIONARIOS DE LA JUNTA DAN UNA LECCIÓN

Ayer se consumó el fin del modelo del sindicalismo entreguista de UGT y CC.OO con el PSOE en la Administración General de la Junta de Andalucía. El castigo por apoyar sin reservas al gobierno de Griñán en el llamado decreto del enchufismo los ha llevado a desaparecer de la representación de la mesa sectorial de negociación de los funcionarios. UGT digirió ayer muy mal su derrota y empezó con el manido discurso de la derecha y el progresismo. Nada tiene que ver el castigo de mandarlos al limbo con la derecha o con ese discurso de falso progresismo que se abrogan.
Los funcionarios de la Junta de Andalucía han dado una lección a toda la sociedad andaluza al expulsar de los órganos de representación a los dos sindicatos que apoyaron el decretazo y que eran los bastones con los que Griñán y el PSOE se han servido para gobernar a través de los acuerdos de concertación, con el objetivo de desmovilizar la sociedad civil. Ahora se encuentran con una rebelión en pleno corazón de la Junta, con unos funcionarios que se niegan a aceptar hechos consumados como la Ley 1/2011 de reordenación del sector público andaluz que cuela por la puerta de atrás a 30.000 trabajadores de los más de 350 entes instrumentales como empleados públicos sin haber realizado ninguna prueba de acceso de las reguladas por la Ley de la función pública andaluza.
El sindicalismo que vienen representando UGT y CC.OO en la Administración General de la Junta de Andalucía desaparece por completo. No solo es un castigo por su entreguismo, es un ejemplo de cómo hacer desaparecer toda una política de representación y pactos aliñada con jugosas subvenciones públicas. El castigo es severo, duro, pero ¿asumirán las ejecutivas regionales de CC.OO y UGT su responsabilidad en la debacle y en la zozobra? Mucho nos tememos que el amor a la silla ejecutiva es demasiado fuerte como para asumir cualquier responsabilidad.
Además, la soberbia con la que UGT y CC.OO han venido pactando con el PSOE tras los acuerdos de Mesa General, denostando a todos los demás, y tras el Decreto-Ley 6/2010 han tenido su día D. A esto se le añade los oídos sordos con los que se ha intentado minimizar las dos grandes manifestaciones de 50.000 empleados públicos pata negra contra esta política de des construir la función pública a favor de las Agencias. Pero sobre todo el inventar una figura nueva llamada laboral de agencia a los que se les equipara con los empleados públicos y se les considera como tal.
Este es el principio del fin. No solo porque la rebelión de los funcionarios se ha pronunciado de manera contundente en la calle, sino porque ha dictado una sentencia en las urnas, dando toda una lección a la sociedad andaluza, demasiado inmóvil y aprisionada por UGT y CC.OO y sus pactos de concertación con Griñán y su política económica que ha provocado hasta la fecha la pavorosa cifra de 1 millón de parados.

Antonio Barreda Alcobet


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