Dentro de unos días, tendremos, ya sea por vía de un nuevo “decretazo” o por vía de un mal acuerdo, un Real Decreto-Ley que modificará las leyes que rigen el mercado laboral en España.
En esta reforma laboral se incluirá un nuevo modelo de contrato: “Contrato de fomento de la contratación indefinida”. Este contrato conllevará una reducción de cuantías de indemnización por despido que bajarán de los actuales 45 días a sólo 33 días de salario por año de servicio y el tope de mensualidades bajará de las actuales 42 a tan sólo 24 mensualidades. Además, en los casos de despido, 8 días se pagarán desde el Fondo de Garantía Salarial, (FOGASA), en lugar de pagarlos directamente el empresario como ocurre hasta ahora. Esto puede debilitar sobremanera la principal finalidad de este fondo que ha venido siendo el garantizar las indemnizaciones, o una parte de ellas, a los trabajadores cuando la empresa se declaraba insolvente. Ahora tendrá que salir de este fondo dinero para todos los despidos y de todas las empresas.
También se aumenta el abanico de causas consideradas “objetivas” para los despidos por parte de las empresas. Esto significa que ahora serán muchos menos los despidos improcedentes por lo que los empresarios podrán despedir a mucho menor coste a quienes consideren oportuno.
También se pretende constituir, en el plazo de un año, un “Fondo de Capitalización” para los trabajadores constituido por cantidades equivalentes a un número de días de salario por año de servicio. Este fondo lo podrán utilizar los trabajadores en los casos de despido, movilidad geográfica o en actividades formativas. Esta cantidad se deducirá de la que el empresario tendría que abonar por despido.
Se favorece el que las empresas puedan acogerse a cláusulas de inaplicación salarial, incluso aunque no la tengan recogida en su convenio de aplicación.
Se premia a los empresarios que, ante supuestos problemas económicos, reduzcan la jornada de sus trabajadores entre un 10% y un 70%. También se premiará a los empresarios que inicien acciones formativas para aumentar la “polivalencia del trabajador”.
Se introducen bonificaciones para contrataciones indefinidas, contratos de formación y contratos en prácticas y se facilita la creación de agencias de colocación con o sin ánimo de lucro.
Bajo mi punto de vista, ésta no es una buena reforma. Y, evidentemente, no lo digo por los mismos motivos que la CEOE. Se está dejando en manos de la “buena voluntad” de los empresarios demasiadas cosas. Se está abaratando ostensiblemente el coste del despido para los empresarios. Se están bonificando tipos de contratos muy por debajo de convenio. Se está debilitando enormemente al FOGASA. Se les facilita a las empresas el disponer de causas objetivas para despedir a trabajadores así como para intentar reducir jornadas o suspender contratos. Se pierde la profesionalidad de los trabajadores al intentar que sean “polivalentes”. Los sindicatos existen por los abusos de las empresas y ahora se las está dotando de mejores recursos para que seamos más útiles. Sinceramente, creo que ésta no es una buena reforma y no creo que contribuya para nada a crear empleo de calidad ni estable y, por tanto, no creo que vaya a aportar nada para salir de la crisis.
Alberto J. Pablos de la Marta.-
Secretario General USO-CÁDIZ
En esta reforma laboral se incluirá un nuevo modelo de contrato: “Contrato de fomento de la contratación indefinida”. Este contrato conllevará una reducción de cuantías de indemnización por despido que bajarán de los actuales 45 días a sólo 33 días de salario por año de servicio y el tope de mensualidades bajará de las actuales 42 a tan sólo 24 mensualidades. Además, en los casos de despido, 8 días se pagarán desde el Fondo de Garantía Salarial, (FOGASA), en lugar de pagarlos directamente el empresario como ocurre hasta ahora. Esto puede debilitar sobremanera la principal finalidad de este fondo que ha venido siendo el garantizar las indemnizaciones, o una parte de ellas, a los trabajadores cuando la empresa se declaraba insolvente. Ahora tendrá que salir de este fondo dinero para todos los despidos y de todas las empresas.
También se aumenta el abanico de causas consideradas “objetivas” para los despidos por parte de las empresas. Esto significa que ahora serán muchos menos los despidos improcedentes por lo que los empresarios podrán despedir a mucho menor coste a quienes consideren oportuno.
También se pretende constituir, en el plazo de un año, un “Fondo de Capitalización” para los trabajadores constituido por cantidades equivalentes a un número de días de salario por año de servicio. Este fondo lo podrán utilizar los trabajadores en los casos de despido, movilidad geográfica o en actividades formativas. Esta cantidad se deducirá de la que el empresario tendría que abonar por despido.
Se favorece el que las empresas puedan acogerse a cláusulas de inaplicación salarial, incluso aunque no la tengan recogida en su convenio de aplicación.
Se premia a los empresarios que, ante supuestos problemas económicos, reduzcan la jornada de sus trabajadores entre un 10% y un 70%. También se premiará a los empresarios que inicien acciones formativas para aumentar la “polivalencia del trabajador”.
Se introducen bonificaciones para contrataciones indefinidas, contratos de formación y contratos en prácticas y se facilita la creación de agencias de colocación con o sin ánimo de lucro.
Bajo mi punto de vista, ésta no es una buena reforma. Y, evidentemente, no lo digo por los mismos motivos que la CEOE. Se está dejando en manos de la “buena voluntad” de los empresarios demasiadas cosas. Se está abaratando ostensiblemente el coste del despido para los empresarios. Se están bonificando tipos de contratos muy por debajo de convenio. Se está debilitando enormemente al FOGASA. Se les facilita a las empresas el disponer de causas objetivas para despedir a trabajadores así como para intentar reducir jornadas o suspender contratos. Se pierde la profesionalidad de los trabajadores al intentar que sean “polivalentes”. Los sindicatos existen por los abusos de las empresas y ahora se las está dotando de mejores recursos para que seamos más útiles. Sinceramente, creo que ésta no es una buena reforma y no creo que contribuya para nada a crear empleo de calidad ni estable y, por tanto, no creo que vaya a aportar nada para salir de la crisis.
Alberto J. Pablos de la Marta.-
Secretario General USO-CÁDIZ
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